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Fernando Chiesa expuso en el X congreso de ALICE en México

Fernando Chiesa, sociólogo y director de Focus Research, participó en el X Congreso de ALICE ComPol en México donde expuso dos ponencias que profundizaron en la dinámica del voto económico y su influencia en el comportamiento electoral argentino, así como el impacto de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en dicho comportamiento.

La primera ponencia, centrada en el voto económico, abordó el complejo escenario político latinoamericano post-2018, caracterizado por una marcada tendencia a no reelegir oficialismos. Chiesa analizó cómo este patrón se manifiesta en Argentina dentro de un contexto económico adverso, marcado por inflación récord y un notable deterioro en la calidad de vida. «Estas alternancias políticas, junto al surgimiento de outsiders como Javier Milei, plantean preguntas intrigantes sobre la naturaleza del comportamiento electoral y la relación entre economía y política», señaló el experto durante su exposición.

Chiesa también exploró el rol de las PASO, destacando su significativa influencia en las estrategias políticas y la decisión de los votantes. Esta segunda ponencia reveló cómo la cantidad de candidatos presentados en las PASO puede impactar decisivamente el resultado de las elecciones generales, sugiriendo la necesidad de estrategias más refinadas por parte de las agrupaciones políticas.

El director de Focus Research citó estudios de diversos autores, como Fabian Echegaray, María Celeste Ratto y María Laura Tagina, para ilustrar cómo las evaluaciones económicas pueden impactar en la intención de voto. «El análisis de las últimas elecciones argentinas desvela un fenómeno desafiante: electores que, a pesar de no coincidir con las propuestas de Milei, lo eligen como la mejor opción para generar un cambio. Esto demuestra que, en momentos de crisis, el anhelo de un cambio radical puede poner en segundo plano la concordancia con preferencias políticas específicas», explicó Chiesa, enfatizando la complejidad del escenario actual.

Por último, Chiesa agradeció a Gustavo Cordoba, Ana Paola Zuban, Pablo Ariel Cabás y Riorda Mario por la oportunidad de compartir sus investigaciones y reflexiones en un foro tan relevante.

Massa vs Milei: los factores decisivos para el ballotage

El análisis del sociólogo Fernando Chiesa sobre la remontada de Massa, la paradoja del voto económico, el viraje de Milei y los factores decisivos para el ballotage.

Por Fernando Chiesa, sociólogo y director de Focus Research

Javier Milei no ha dudado en describir estas elecciones como las más importantes de los últimos 100 años. Para él y un significativo grupo de sus seguidores, éste es el momento decisivo para desmantelar décadas de intervencionismo estatal y liberarse del yugo de “la casta”, refundando un sistema que consideran fallido. Sin embargo, los resultados de octubre -que no cumplieron las expectativas libertarias- sitúan a Milei en la difícil encrucijada de reducir la incertidumbre sobre el rumbo de un eventual mandato entre los votantes que necesita sumar de cara al ballotage, al tiempo que intenta mantener el respaldo de los electores que lo impulsaron a la segunda vuelta. No pocos de esos seguidores de la primera hora observan con perplejidad el abrazo a sectores políticos que, hasta ahora, eran blanco de sus críticas más vehementes.

Por su parte, Sergio Massa, revitalizado por una histórica remontada el pasado 22 de octubre, aspira a convencer a los argentinos de que puede ser el arquitecto de la unidad nacional -una idea invocada por muchos otros antes- y cerrar la profunda grieta que ha separado a los argentinos por más de 15 años. Este desafío lo enfrenta en medio de una crisis socioeconómica con una pobreza que alcanza al 40% de la población y niveles de inflación que no se registraban desde hace treinta años.

En este entramado de estrategias y recálculos, surge una interrogante crítico:  ¿qué factores determinarán el resultado del inminente balotaje del 19 de noviembre?

El camino desde las PASO

El camino desde las PASO hasta las generales estuvo marcado por un hito en la historia electoral argentina desde la instauración de las primarias en 2011: se registró un incremento en la participación sin precedentes, con un salto notable de 8 puntos que elevó el número de votantes de 24 a 27 millones, equivalente a sumar a la totalidad de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Este aumento en la participación no vino solo: se acompañó de la mayor disminución de votos en blanco entre las primarias y las generales desde que existen las PASO, lo que representó 500.000 votos adicionales que se orientaron hacia candidatos específicos.

En los diversos análisis post-electorales, se ha especulado que el electorado de Larreta en las PASO se volcó a favor de Unión por la Patria en las generales, entre otras hipótesis de migración de votos.  Sin embargo, un examen más cuidadoso de los datos sugiere que el aumento de 3 millones de votos de UxP se correlaciona más estrechamente con el incremento general en la participación electoral, complementada por el aporte de 500.000 votos que, en la instancia previa, habían sido en blanco. El descenso de 400.000 votos que experimentó Juntos por el Cambio entre las PASO y las generales no son matemáticamente suficientes para explicar el crecimiento en el respaldo a Massa, ni los 700.000 votos adicionales que recibió Milei.

Un exTransferencia de votos - Andy Tow - Alejandro Baranekcelente trabajo de inferencia estadística llevado a cabo por Andy Tow y Alejandro Baranek (ver cuadro de la izquierda), que examinó la variación de votos en todas las mesas del país entre las elecciones de agosto y octubre, refuerza esta hipótesis. El estudio señala que Bullrich retuvo la gran mayoría de los votos de Larreta, y que el incremento en los votos hacia Massa y Milei proviene en su mayor parte de aquellos votantes que no habían participado en las PASO.

Massa no solo consiguió relegar a Milei al segundo lugar en cinco distritos, cuatro de ellos patagónicos, sino que también registró sus mayores incrementos de votos en zonas de bajos ingresos, áreas donde Milei había sorprendido con fuertes resultados en las PASO.  ¿Qué factores impulsaron este incremento de participación que excedió las proyecciones? Por un lado, la intensificación del trabajo territorial de movilización; por el otro, una comunicación política que utilizó el temor como herramienta estratégica. Resultaron particularmente efectivas las piezas de comunicación comparativas que resaltaban los posibles incrementos en los costos de servicios básicos como el transporte y la salud bajo las potenciales gestiones de Bullrich y Milei. Difundidas masivamente en el tramo final de la campaña, estas piezas no sólo lograron una viralización notable, sino que también marcaron agenda:  el esfuerzo del equipo de campaña de Milei tras las PASO por desmentir estas afirmaciones, son indicativas del alcance y el impacto que han tenido en el electorado.

La paradoja del voto económico.

El análisis del comportamiento electoral abarca una diversidad de perspectivas interpretativas, que van desde la consideración de factores sociológicos hasta el análisis de variables psicosociales y el enfoque de la elección racional, donde el votante es visto como un agente que evalúa estratégicamente los medios y fines antes de tomar una decisión. En este marco, el voto económico es un comportamiento electoral que emerge en ciertas coyunturas y evidencia una dualidad analítica, es retrospectivo cuando evalúa la gestión económica pasada del gobierno y es prospectivo al considerar expectativas futuras y propuestas programáticas. Este voto puede ser, además, egotrópico, al priorizar el impacto directo en el bienestar personal, o sociotrópico, al centrarse en el bienestar colectivo, siendo el egotrópico retrospectivo el que suele prevalecer en las democracias modernas.

En América Latina, como plantea Fabián Echegaray, los electores se caracterizan por ser “ingratos frente a un gobierno responsable por un panorama positivo de la economía e impacientes a la hora de castigar al oficialismo por condiciones negativas”, es decir, existe un mayor peso del voto económico en contextos de insatisfacción que en aquellos de aprobación. Pero existen excepciones a esta regla: cuando los electores consideran que el gobierno no es responsable de la coyuntura económica, el efecto del voto económico puede atenuarse. Un caso emblemático de este fenómeno fue la reelección de Carlos Menem en 1995, a pesar de las repercusiones económicas del ‘Efecto Tequila’: la opinión pública pareció exculpar al presidente de la responsabilidad económica. Así, el voto económico se activa o se inhibe según la responsabilidad que los votantes asignan al gobierno de turno sobre la situación económica actual y esperada.

El caso de Sergio Massa ilustra otra anomalía intrigante en el comportamiento electoral contemporáneo. A pesar de que el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) —un termómetro diseñado por la Universidad de Di Tella que ha mantenido una correlación frecuente con el desempeño electoral de los gobiernos de turno — anticipaba un escenario electoral adverso para el oficialismo, reflejando su valor más bajo en más de dos décadas un mes antes del 22 de octubre, Massa logró una recuperación notoria en las urnas, superando en más de 10 puntos los resultados previos de agosto. Esto insinúa que los electores no vincularon a Massa directamente con la crisis económica vigente, quizás debido a una focalización de la culpa en la figura presidencial que mantiene índices altísimos de imagen negativa. Este fenómeno sugiere una disociación entre la confianza general en el gobierno y la valoración de figuras individuales dentro del mismo, lo cual obliga a repensar la lógica tradicional del voto económico.

De cara al ballotage: estrategias y expectativas.

De cara al ballotage, emergen nuevos interrogantes, entre ellos la posibilidad de revertir el resultado de la primera vuelta. Mario Riorda señala al respecto que, históricamente, en 40 de los últimos 60 ballotages en América Latina, prevaleció el candidato que ganó las elecciones generales, lo que constituye aproximadamente un 67% de los casos.

Respecto a la participación electoral, se podría presuponer que no tendría un efecto determinante. Los datos históricos indican que, en América Latina, las variaciones en la participación entre elecciones generales y ballotages presidenciales no son tan marcadas como las que se observan entre las PASO y las elecciones generales en Argentina. Por ejemplo, en naciones como Chile y Uruguay, la discrepancia en la participación rara vez supera el punto porcentual.

De todos modos, es importante considerar qué elementos podrían influir para que la participación se convierta en un factor decisivo. Entre estos destacan la polarización, la percepción de competitividad entre los candidatos y el grado en que los votantes se sientan representados son elementos clave.

Con respecto a la competitividad, si en la primera vuelta hubo diferencias escasas entre los candidatos que entran al ballotage, o si hay una percepción de que cualquiera de los candidatos puede ganar, es más probable que los votantes participen.

Por otro lado, si los candidatos en la segunda vuelta tienen visiones y propuestas claramente distintas, generando una polarización que active clivajes sociales subyacentes, la motivación para votar puede intensificarse empujando a los ciudadanos a participar para apoyar la opción que más se alinea con sus convicciones y evitar un triunfo del contrario.

En cuanto a la representatividad, si los votantes perciben que ninguno de los aspirantes refleja sus intereses o posturas, es posible que su inclinación a no participar aumente, o que si asisten a votar, sufraguen en blanco o anulen su voto.  

La batalla discursiva y el framing

En la recta final hacia el ballotage, la capacidad para fijar la agenda pública (agenda setting), el condicionamiento (priming) y, sobre todo, la manera en que se presentan y se encuadran los temas de campaña (framing), constituyen recursos determinantes en la formación de la opinión pública. ¿De qué manera? Estableciendo el marco interpretativo e influyendo en el significado que los electores le darán a la elección, lo cual puede tener un efecto significativo en la orientación del voto.

En este sentido, Javier Milei concentra sus esfuerzos de campaña en presentar la elección como el capítulo final del enfrentamiento entre kirchnerismo y antikirchnerismo, con la esperanza de ganar el apoyo de los electores de Juntos por el Cambio para quienes este eje de confrontación es fundamental. Sin embargo, parece haber bajado su intensidad y moderado su tono, luego de la reacción adversa a una serie de acciones y declaraciones polémicas. La propuesta de Benegas Lynch de cortar lazos con el Vaticano, junto con la controvertida iniciativa de Lilla Lemoine sobre la renuncia de paternidad, y los comportamientos erráticos del propio Milei en una entrevista con Esteban Trebocq, resonaron en medios y redes sociales, alimentando las percepciones que Milei se esfuerza por revertir.

Javier Milei se encuentra entonces ante el desafío de proyectar la imagen de una futura gestión presidencial menos impredecible y al mismo tiempo no desencantar su base electoral más intransigente que condena cualquier tipo de acuerdo con la “casta política”, como los acercamientos que ya se iniciaron hacia el sector de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Al mismo tiempo, la reticencia del radicalismo y de ciertos sectores del PRO a brindar un apoyo decidido a Milei en un hipotético ballotage revela un panorama político. En estas circunstancias, la probabilidad de un aumento del voto en blanco se perfila como un escenario cada vez más factible.

Frente a esta estrategia, Sergio Massa y ‘Unión por la Patria’ buscan distanciarse de una dicotomía que les juega en contra, apostando por la visión de un gobierno de “unidad nacional”, una síntesis dialéctica que pretende conectar con aquellos votantes que, si bien desean un cambio, advierten en Milei un riesgo demasiado grande, un salto hacia lo incierto. Esto podría implicar para Massa incorporar a su gabinete perfiles del radicalismo o del PRO que ayuden a desactivar la polarización kirchnerismo-antikirchnerismo. Al mismo tiempo, no hay más margen para incidentes como el reciente desabastecimiento de combustible, entendiendo que cualquier otro error puede ser determinante en una escenario tan cerrado, tal como lo indican las encuestas de Zubán Córdoba, Atlas Intel y Aresco.

El debate presidencial, que hasta ahora ha representado no mucho más que una plataforma para consolidar las posturas previamente adoptadas por los electores, puede adquirir una dimensión crítica en un contexto electoral tan ajustado, en el que parte del electorado espera definiciones claras. ¿Concretará Milei la dolarización de la economía? ¿Qué rol jugará Mauricio Macri en un eventual gobierno suyo? ¿Cómo se traducirán a la realidad las promesas de Massa de forjar un gobierno de «Unidad Nacional”? Las respuestas a estas preguntas pueden ser el eje sobre el cual giren las preferencias de los votantes indecisos y, por lo tanto, podrían ser determinantes en el resultado final de la elección.

Autor:

Fernando Chiesa

Sociólogo y director de Focus Research

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/fernandochiesa/

Twitter: https://twitter.com/ChiesaFernando

¿Por qué ganó Milei en Tierra del Fuego? por Fernando Chiesa

El llamativo triunfo de Javier Milei en Tierra del Fuego ha generado una ola de preguntas y análisis en el escenario político. La victoria parece aún más desconcertante cuando se considera que:

  • El peronismo había dominado en 5 de las últimas 6 PASO fueguinas previas a 2023, siendo además reelecto en los tres municipios.
  • El gobernador Gustavo Melella, aliado cercano del peronismo, triunfó en mayo de este año con más del 50%.
  • Milei criticó fuertemente el régimen de promoción económica e industrial fueguino calificándolo como una “estafa a los argentinos de bien”.

Entonces, ¿qué factores contribuyeron a contrarrestar las circunstancias que podían augurarle un resultado adverso? A continuación, exploramos algunas claves que pueden ayudar a contextualizar y comprender mejor este fenómeno electoral.

  • Dinámica Nacional vs Subnacional: Las elecciones nacionales tienen su propia dinámica, distinta de las subnacionales. En entrevistas previas a las PASO, ante los modestos o incluso magros desempeños que venía obteniendo La Libertad Avanza en elecciones provinciales de todo el país, expresé que constituía un error proyectar esos resultados al ámbito nacional. El 13 de agosto se confirmó esta tendencia cuando Milei logró ganar en 16 de los 24 distritos del país, , incluso allí donde su fuerza política no había rendido ¿Cómo es posible que se den ambos resultados, en apariencia contradictorios?  Existen distintos niveles de abstracción en el modo en que los ciudadanos se relacionan con lo político, desde lo hiperlocal como la cuadra o el barrio, pasando por la ciudad y la provincia, hasta llegar a la escala nacional. A medida que el nivel se vuelve más cercano y tangible, los factores locales como el estado de las calles, veredas y plazas pueden influir de manera determinante en el voto. En contraste, en niveles más distantes y abstractos, como el ámbito nacional, los votantes tienden a juzgar cuestiones más amplias, como el rumbo económico del país. Esto habilita la emergencia de fenómenos complejos en los que ciudadanos eligen a candidatos de una fuerza política a nivel municipal, mientras que a nivel nacional optan por candidatos de otras fuerzas. En el siglo XX, la lealtad y conexión con un partido político tendían a ser más sólidas y perdurables. En nuestros tiempos de modernidad líquida las afinidades partidarias son menos frecuentes y más volátiles, de menor influencia en el comportamiento electoral.

  • Asociación con el Voto en Blanco: Hubo más del 20% de voto en blanco para gobernador en Tierra del Fuego en mayo, un patrón que se repitió en las elecciones municipales. Pudimos comprobar en estudios propios que Milei evidenciaba una alta intención de voto en ese segmento. Los electores sin representación en las elecciones provinciales parecen haber encontrado su voz en las presidenciales, donde el voto en blanco bajó al 3%.

  • Empleados públicos: Tierra del Fuego posee una de las tasas más elevadas de empleados públicos cada mil habitantes en el país, con salarios que se encuentran también entre los más altos. Pero es crucial entender que no constituyen la totalidad de la población. Existe un segmento significativo de ciudadanos que no forma parte del sector público y que percibe estos empleos o cargos, ya sean administrativos o políticos, como privilegios exclusivos, accesibles solo a través de conexiones y favores. Esta percepción, alineada con el discurso “anticasta” de Milei, puede haber encontrado eco en aquellos que se sienten marginados de dichos beneficios.

  • Régimen de Promoción Industrial:  Entre los fueguinos se ha expandido la creencia de que el régimen de promoción económica e industrial favorece a una minoría de empresarios y que no genera un impacto tangible en la vida diaria de la mayoría. Por esto mismo, la crítica de Milei, que calificó al régimen de “estafa a los argentinos de bien”, en lugar de ser considerada una afrenta a los fueguinos, puede haber resonado en este segmento de votantes que perciben el régimen como un sistema excluyente de privilegios. Además, el fenómeno de la disonancia cognitiva -un concepto de la psicología social que se refiere al conflicto entre creencias y comportamientos- puede haber jugado un papel relevante en aquellos que sí reconocen la importancia del régimen. En este caso, se manifestaría en aquellos ciudadanos que, a pesar de votar por Milei, expresan al mismo tiempo desacuerdo con algunas o la mayoría de sus propuestas, tal como se observa en un estudio de Zubán Córdoba que sondeó el grado de acuerdo de los argentinos con medidas como la dolarización o la privatización de Aerolíneas Argentinas.

  • 35% no es Mayoría: La victoria de Milei con un 35% del voto en Tierra del Fuego no debe interpretarse como un respaldo unánime a su candidatura para presidente. Según nuestros estudios previos a las PASO, casi el 60% de los fueguinos manifestaban que nunca lo apoyarían en las urnas. Esto refleja una complejidad en el panorama político que no puede reducirse a una simple mayoría o minoría. La cifra del 35% evidencia un apoyo significativo, pero también deja en claro que existe una amplia proporción de la población que mantiene serias reservas o rechazos hacia su figura y propuestas. Es importante considerar que este escenario puede cambiar, ya que el entusiasmo generado por el triunfo de Milei en las primarias podría elevar su techo en octubre.

  • Voto Silencioso: Si bien es cierto que el voto a Milei es mayor en Tierra del Fuego entre hombres jóvenes sin afinidad partidaria que desean el reseteo de un sistema que no les permite progresar, también existe un voto silencioso y transversal – ¿quizás más volátil? – que permea otros sectores, manifestándose como indecisión o propensión al voto en blanco hasta el último momento. Ver al respecto un estudio reciente de Betta Lab que busca desmitificar las categorías asociadas al voto de Milei en La Matanza, y que sería interesante replicar a nivel país.

  • Componente Emocional: Nuestros estudios revelaron un nivel sin precedentes de sentimientos negativos entre los fueguinos con respecto a la situación de la provincia y el país, alcanzando un récord del 90% justo antes de las elecciones. Este clima de insatisfacción y descontento creó un terreno propicio para aquellos discursos y modos capaces de empatizar con esas emociones o reflejarlas de manera convincente. 

  • El mito de la ideología: Al contrario de lo que suponen algunos, el grueso del voto de Milei no proviene principalmente de un segmento socioeconómico alto que sostenga fervientemente en los ideales libertarios. Como ya lo sugerían los estudios que muestran el conflicto entre el apoyo a Milei y el desacuerdo con sus propuestas, su voto refleja un deseo profundo y generalizado de cambio, un llamado a romper con el statu quo, más que una adhesión estricta a un conjunto particular de creencias o principios ideológicos.

En síntesis, la conexión con el voto en blanco, la percepción de exclusión de los privilegios tanto en el sector público como en el privado, la disonancia cognitiva, las distintas dinámicas entre los niveles nacional y subnacional,y los sentimientos negativos de los fueguinos con respecto a la provincia y el país pueden explicar parte del llamativo desempeño de Milei en Tierra del Fuego. Pero, tras la catarsis que este resultado puede haber representado para un segmento del electorado que encontró en él un modo de expresar su enojo o frustración, el gran interrogante que surge es si este apoyo inicial se consolidará camino a octubre. De un modo u otro, Milei ha logrado tocar una fibra sensible en parte de los fueguinos.

Autor:

Fernando Chiesa

Sociólogo y director de Focus Research

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/fernandochiesa/

Twitter: https://twitter.com/ChiesaFernando

Fernando Chiesa expuso en el Congreso Nacional de Ciencia Política

El sociólogo y director de Focus Research, Fernando Chiesa, presentó un estudio en el Congreso Nacional de Ciencia Política organizado por SAAP donde analizó el impacto de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en el desempeño electoral de las agrupaciones políticas en Argentina. El estudio arroja luz sobre cómo las PASO no solo influencian la conducta de los votantes, sino también las estrategias y discursos empleados por los candidatos y sus partidos. Asimismo, explora la correlación existente entre la cantidad de candidatos que presentan las coaliciones y su rendimiento en las elecciones generales.

Fernando Chiesa en el Congreso Nacional de Ciencia Política

Chiesa, en el panel conformado por reconocidos expertos como Mario Riorda, Claudio Pedemonte, Juan Belbis y Federico Zapata, presentó un análisis de las tendencias desde la implementación de las PASO en 2009, destacando la disminución en la participación electoral y el incremento en la participación entre las PASO y las elecciones generales. Asimismo, señaló que desde 2015, el voto en blanco siempre ha sido mayor en las generales que en las primarias, un fenómeno que se explica por factores como la percepción de la relevancia de la elección general y el voto estratégico tras la información recogida después de las PASO.

El trabajo de Fernando Chiesa aporta una visión única y reveladora sobre cómo las PASO, implementadas por primera vez en 2009 con el objetivo de democratizar la representación de los partidos políticos, han tenido un impacto más allá de su propósito inicial. Según Chiesa, las PASO han influido no solo en la conducta de los votantes, sino también en las estrategias y discursos de los candidatos y sus partidos.

Además de explorar la dinámica del comportamiento electoral, Chiesa destaca la correlación que encontró entre la cantidad de candidatos que las coaliciones presentan y su rendimiento en las elecciones generales. A través de un análisis detallado, propone posibles explicaciones para este fenómeno intrigante.

En una de las conclusiones más llamativas de su estudio, Fernando Chiesa señala que «Desde la primera edición de las PASO en 2011, hemos observado una disminución constante en la participación electoral. Al mismo tiempo, hemos registrado un incremento en la participación entre las PASO y las elecciones generales». Esta observación plantea nuevas preguntas sobre cómo perciben los electores las elecciones y cómo influyen sus percepciones en su comportamiento electoral.

Fernando Chiesa también destaca que, desde 2015, el voto en blanco ha sido consistentemente más alto en las elecciones generales que en las primarias. Aunque esto pueda parecer contraintuitivo a primera vista, Chiesa propone dos factores para explicarlo: la percepción de los votantes de que la elección general es más relevante y la existencia de un componente de voto estratégico.

En su investigación, Fernando Chiesa aborda uno de los aspectos más cruciales de las PASO: la cantidad de candidatos que las agrupaciones políticas presentan. El experto sugiere que esta dinámica puede tener un impacto significativo en el desempeño de los partidos en las elecciones generales. «Nuestros datos indican que, en los distritos donde Juntos por el Cambio presentó una gran cantidad de candidatos en las PASO, tendían a experimentar un rendimiento electoral inferior en las elecciones generales», señaló Chiesa.

Fernando Chiesa exponiendo en el Congreso Nacional de Ciencia Política de SAAP
Fernando Chiesa expuso su estudio sobre el impacto de las PASO en el comportamiento electoral

Chiesa también destacó que, para el Frente de Todos, la cantidad de candidatos que presentaban en las PASO no tenía un impacto negativo en su desempeño en las elecciones generales. Según él, esto puede deberse a varios factores, incluyendo la fidelidad partidaria, la coherencia de las alianzas y la efectividad de las estrategias electorales.

Para Fernando Chiesa, estos hallazgos no son solo académicamente fascinantes, sino que también tienen implicaciones prácticas para los partidos políticos. «Este estudio puede ayudar a diseñar estrategias electorales más efectivas, a entender mejor el comportamiento de los votantes y a contextualizar los resultados electorales locales en tendencias nacionales más amplias», afirmó Chiesa.

Finalmente, en vista a las elecciones de 2023, Fernando Chiesa compartió su perspectiva sobre las próximas PASO. Aunque enfatizó que las tendencias y los patrones pueden cambiar de una elección a otra, señaló que su investigación proporciona un marco útil para anticipar y comprender el comportamiento electoral en futuras elecciones.

Fernando Chiesa es Licenciado en Sociología (UBA) y maestrando en Estudios Electorales (UNSAM). Se especializa en investigación de la opinión pública, análisis electoral, comunicación política y campañas electorales. Director de Focus Research.

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/fernandochiesa

Twitter: https://twitter.com/ChiesaFernando

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Fernando Chiesa: «Las PASO transformaron el comportamiento electoral argentino»

Fernando Chiesa, sociólogo y director de la consultora Focus Research, compartió los principales resultados de su reciente estudio sobre el impacto de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en el desempeño electoral de las agrupaciones políticas en Argentina. El estudio fue presentado en el Congreso Nacional de Ciencia Política, donde Chiesa integró un panel conformado por reconocidos expertos como Mario Riorda, Claudio Pedemonte, Juan Belbis y Federico Zapata. La investigación de Chiesa examina cómo las PASO influyen no sólo en la conducta de los votantes, sino también en las estrategias y discursos empleados por los candidatos y sus partidos. Además, explora la correlación que halló entre la cantidad de candidatos que presentan las coaliciones y su rendimiento en las elecciones generales, proponiendo posibles razones para este fenómeno.

El sociólogo y consultor Fernando Chiesa exponiendo en el Congreso Nacional de Ciencia Política
Fernando Chiesa exponiendo en el Congreso Nacional de Ciencia Política, junto a Mario Riorda, Claudio Pedemonte, Juan Belbis y Federico Zapata.

 

Tendencias en las PASO

El especialista en opinión pública señaló que «las PASO fueron instauradas en 2009 con la finalidad de democratizar la representación de los partidos políticos, de evitar que las elites partidarias seleccionen arbitrariamente a los candidatos, y de lograr mayor transparencia en las elecciones internas. Pero los efectos de las PASO se han extendido más allá de sus propósitos originales”.

Desde la primera edición de las PASO en 2011, Chiesa observó una disminución en la participación electoral, desde casi el 78,7% en su primer año hasta un 67,8% en 2021. A valores de hoy, esa caída de participación es equivalente a más de 4 millones de votantes. Simultáneamente, se ha registrado un incremento en la participación entre las PASO y las elecciones generales, con un aumento promedio de tres puntos porcentuales, lo que equivale a cerca de 1 millón de votantes. «Una posible explicación a este fenómeno es que los electores perciben la elección general como más relevante porque es en esta instancia donde se definen los cargos, lo que incentiva más a votar», explicó el analista político.

Además, el consultor explicó que, desde 2015, el voto en blanco siempre ha sido mayor en las generales que en las primarias: “a simple vista parece contraintuitivo, porque al haber menos candidatos pareciera más probable que haya electores que no se sientan representados y se vuelquen al voto en blanco. Pero la evidencia empírica muestra exactamente lo contrario”.

Para explicar este fenómeno, Chiesa propone dos factores no excluyentes. En primer lugar, que el incremento de participación entre las PASO y las generales se trate de votantes que se vuelcan a candidatos específicos en lugar del voto en blanco. En segundo lugar sugiere que podría existir un componente de voto estratégico, ya que los votantes disponen de más información sobre el desempeño de los candidatos después de las PASO.

«Imaginemos a alguien que votó en blanco en las PASO porque no se siente representado por ningún candidato. Pero al ver los resultados, observa que el candidato que más rechaza salió primero, por lo que decide en la elección general dar su voto al candidato que más posibilidades tenga de ganarle al que más rechaza. Si esto ocurre con una magnitud suficiente, deberíamos encontrar no sólo una reducción del voto en blanco en las generales, sino también una mayor concentración del voto en las opciones más competitivas”, explicó.

Candidatos en las PASO y su Rendimiento en las Elecciones Generales

En el estudio de Fernando Chiesa, uno de los aspectos más relevantes se refiere a la cantidad de candidatos que presentan las agrupaciones políticas en las PASO. “Con la implementación de las primarias, los partidos políticos pueden presentar 1, 2, 4, 8 candidatos o más si así lo desean. Esta variedad abre un abanico de posibilidades para las estrategias políticas, lo cual me llevó a plantear la pregunta: ¿cómo afecta el número de candidatos presentados por las agrupaciones políticas en las PASO? ¿es beneficioso o perjudicial para su desempeño en las elecciones generales?».

Su análisis, que comienza con un caso subnacional para luego probar su proyección a nivel nacional, arroja luz sobre las implicancias de esta dinámica en las elecciones de 2023.

«Durante las PASO de 2021, hubo cinco distritos en los que Juntos por el Cambio presentó cinco o más candidatos. Entre ellos se encontraba mi provincia, Tierra del Fuego. Tras las PASO, Juntos por el Cambio obtuvo el 37% de los votos, superando al peronismo en Tierra del Fuego por primera vez desde la institución de las PASO en 2011. Sin embargo, en las elecciones generales, el desempeño de la alianza cayó 8 puntos y quedó en segundo lugar. Chiesa propone un interrogante: ¿Tuvo que ver la alta cantidad de candidatos con la caída en el desempeño?

Análisis de Datos a Nivel Nacional:

Para profundizar en sus descubrimientos, Chiesa desglosó su metodología de investigación durante la entrevista. Reveló que había reunido datos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio a nivel nacional, registrando la cantidad de candidatos, su rendimiento en las PASO y luego en las elecciones generales.

«A partir de estos datos, calculé lo que llamo ‘diferencial de rendimiento electoral’, que es básicamente la diferencia en el rendimiento entre las elecciones generales y las PASO para cada alianza», explicó Chiesa. «En algunos casos, este diferencial resultó ser positivo, mientras que en otros, como en Tierra del Fuego, fue negativo.»

Usando estos datos, Chiesa construyó dos gráficos de dispersión con una línea de regresión simple, uno para cada coalición. En estos gráficos, el eje vertical representaba el diferencial de rendimiento electoral, mientras que el eje horizontal indicaba la cantidad de candidatos. Cada punto correspondía al rendimiento de las alianzas en un distrito específico.

«Por ejemplo, el punto para Tierra del Fuego muestra un valor de 5 en el eje horizontal, representando a los 5 candidatos de Juntos por el Cambio. En el eje vertical, el valor es de -8%, correspondiente a su diferencial de rendimiento electoral», detalló Chiesa.

Lo que observó era intrigante: mientras que el gráfico de Juntos por el Cambio mostraba una tendencia clara de decrecimiento a medida que crecía la cantidad de candidatos, la del Frente de Todos no mostraba sensibilidad a esa variable. «Inicialmente me sorprendió», afirmó Chiesa.

Para confirmar estos resultados, Chiesa decidió realizar la prueba estadística de Spearman para evaluar la correlación entre ambas variables. «A partir de la prueba pude confirmar que para Juntos por el Cambio emergía una correlación negativa estadísticamente significativa, pero esta correlación no existía en el caso del Frente de Todos», reveló Chiesa.

«En términos prácticos, esto significa que en 2021, en los distritos donde Juntos por el Cambio presentó una gran cantidad de candidatos en las PASO, tendía a experimentar un rendimiento electoral inferior en las elecciones generales. En cambio, para el Frente de Todos, el número de candidatos que presentaban en las PASO en cada distrito – ya fuese 1, 2, 3 o más – no tuvo un impacto negativo en su desempeño en las elecciones generales», explicó Chiesa al concluir.

Factores de Influencia:

El experto también señaló varios factores que podrían influir en la retención de votos entre las elecciones primarias y las generales. Uno de ellos es la fidelidad partidaria. Chiesa sugiere que la lealtad de los votantes a un partido o agrupación puede jugar un papel determinante en la retención de votos de un partido entre las primarias y las generales. «En base a las encuestas que he realizado, el voto por afinidad partidaria suele ser significativamente más alto entre los votantes del FPV/FDT/UP, a diferencia de los votantes de JxC/Cambiemos», explicó. Esto podría explicar por qué el número de candidatos tuvo más influencia en el rendimiento de FDT que en el de JXC. Los votantes de FDT, incluso cuando su candidato preferido en las primarias no ganara, seguían apoyando a su coalición en las generales. “En este caso se cumplía la conocida máxima peronista que sostiene que ‘el que pierde acompaña’. En el caso de JXC, parece que esto ocurrió en menor proporción y otros factores acabaron siendo más determinantes en la decisión del voto”, argumentó.

Pero este no es el único factor que puede influir en la retención de votos. De acuerdo a Chiesa «La estructura de las alianzas es importante, si los partidos que integran una coalición mantienen ideologías, proyectos, propuestas y mensajes alineados, es más probable que los votantes respalden al ganador de las primarias», argumentó.

El tercer factor se centra en la estrategia electoral. «Algunas coaliciones pueden ser más efectivas al implementar estrategias que minimicen el impacto de tener múltiples candidatos. Por ejemplo, los candidatos ganadores podrían integrar a aquellos que no triunfaron en las primarias, ya sea sumándolos a su campaña o incorporando elementos de su discurso»

«Finalmente, existe un cuarto factor que puede influir en la correlación entre la cantidad de candidatos y el rendimiento electoral: la intensidad de la confrontación en las primarias«, planteó el consultor. Este concepto se refiere al nivel de conflicto y confrontación entre los candidatos en las primarias.

«Si las primarias se llevan a cabo en un ambiente de alta conflictividad y agresividad, los votantes de los candidatos que quedaron fuera de la contienda pueden sentir una mayor resistencia a apoyar al ganador en las elecciones generales. Esto se debe a la posibilidad de que los sentimientos negativos generados durante la contienda primaria perduren y disuadan a los votantes de respaldar a un candidato con el cual previamente se enfrentaron», explica Chiesa, “por eso es esencial que las coaliciones consideren cómo pueden minimizar este efecto para mejorar su desempeño en las elecciones generales.»

Además, afirmó que “estos son sólo algunos de los factores que pueden incidir en la retención de votos y no son mutuamente excluyentes. La política y el comportamiento electoral son fenómenos complejos que no se reducen a un único factor determinante. Cada elección es el producto de una multitud de influencias que actúan a la vez, y este estudio sólo arroja luz sobre algunas de ellas”.

Al comparar con datos históricos, Chiesa encontró que estas correlaciones varían en cada elección, pero un patrón suele repetirse: «en los años en los que hay elecciones presidenciales la sensibilidad de las alianzas a la cantidad de candidatos parece disminuir. Esto podría deberse a que los votantes se concentran más en el candidato presidencial que en los diputados».

Para finalizar, el sociólogo subrayó la relevancia de su investigación para los partidos políticos. «Este estudio puede contribuir a diseñar estrategias electorales más eficaces, entender el comportamiento del votante y contextualizar los resultados electorales locales en tendencias nacionales más amplias«, concluyó Chiesa.

PASO 2023

Como un adelanto hacia las elecciones de 2023, Chiesa compartió su perspectiva: “Dado que son presidenciales, deberíamos esperar una correlación menor a la de 2021. ¿Será así? Eso lo sabremos en poco tiempo más.»

Chiesa también reflexionó sobre la importancia de cómo se comunican los resultados: «El interrogante sobre qué interpretación prevalece tras las PASO al considerar quién se alzó con la victoria – si la suma total de votos de los candidatos de una alianza o el desempeño individual más destacado – va a jugar un papel crucial en el escenario postelectoral.» Chiesa usó el ejemplo de las PASO para la gobernación de Chaco, donde el gobernador Capitanich superó al segundo contendiente por 13 puntos. «Pero si preguntamos a la población quién ganó la elección, es probable que nos respondan que Capitanich perdió, ya que prevaleció la interpretación del desempeño de las alianzas, donde salió ganando Juntos por el Cambio»

Mirando hacia las PASO 2023, Chiesa anticipó una situación similar. «La manera en la que se comuniquen los resultados puede inclinar la balanza y activar el voto estratégico hacia una u otra dirección. Además está la pregunta sobre cómo mantener el caudal electoral luego de una interna con heterogeneidad ideológica-discursiva, o con una fuerte intensidad en la confrontación interna».

Para finalizar, Chiesa subrayó la importancia de que las elecciones sean percibidas como útiles y legítimas por los votantes. «En tiempos en los que las PASO son bastante cuestionadas, creo que el único modo en que las elecciones sean percibidas como útiles y legítimas para los ojos de los votantes, es que se sientan representados y que su voto tiene un impacto real en el resultado final.»

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¿Abrir las internas favoreció o perjudicó a Juntos por el Cambio?


Un estudio del consultor Fernando Chiesa encontró una correlación negativa entre la cantidad de candidatos que presentó Juntos por el Cambio en cada distrito en las PASO y su desempeño en las elecciones generales.


Desde EL FEDERAL NOTICIAS entrevistamos a Fernando Chiesa, director de la consultora de opinión pública Focus Research, sobre la correlación negativa entre la cantidad de candidatos que presentó Juntos por el Cambio en cada distrito en las PASO y su desempeño en las elecciones generales

-¿Cómo surgió este estudio?

-Analizando los resultados de las elecciones nacionales me llamó la atención la variación del desempeño de Juntos por el Cambio entre las PASO y las elecciones generales en diferentes distritos. En Formosa, por ejemplo, donde hubo una sóla lista, Juntos por el Cambio creció 12,35 puntos en la general. Por otro lado, en todos los distritos donde se presentaron 5 o 6 candidatos la performance decreció entre la PASO y la general. Me pregunté si podía haber una correlación entre las dos variables así que relevé los datos de todos los distritos, descarté tres en los que los integrantes de JxC se presentaron por separado, y realicé una prueba estadística.

Correlación entre la cantidad de candidatos presentados por JxC en las PASO 2021 y su desempeño en las elecciones generales en cada distrito – Fuente: Fernando Chiesa

-¿Y qué se deduce de los resultados?

-Al observar el gráfico ya se puede observar una línea de tendencia negativa, que sugiere que a mayor cantidad de candidatos en las PASO de JxC, hay peor evolución entre las PASO y la elección general. La prueba estadística corroboró que existe una correlación que es estadísticamente significativa y de una intensidad moderada. Es decir, existe un fenómeno que pide ser explicado, luego podemos ensayar diferentes hipótesis sobre por qué ocurre.

-¿Por ejemplo?

-Pareciera que presentar mayor cantidad de candidatos en las PASO otorgó mayor caudal electoral a Juntos por el Cambio, pero con el riesgo de que luego cuesta más retener esos votos en la elección general. 

-¿Y por qué puede ocurrir eso?

-Una de las explicaciones posibles es que hay un porcentaje de los votantes para los cuales pesa más el rechazo a un candidato que la tracción de la agrupación política a la cual votó en las PASO. Por ejemplo, imaginate que votaste al candidato “A” en las PASO de JxC, pero perdió ante el candidato “B”. Y a vos el candidato “B” no lo querés, por más que sea de la misma agrupación que “A”, a tal punto que preferís votar al candidato “C”, de otra agrupación política.  Supongamos para el caso que eso ocurre con un porcentaje de los votantes de cada candidato, entonces a medida que más candidatos haya, mayor es la fuga de puntos que va a haber a otras agrupaciones. Por eso creo que interpretar que una alianza mide lo mismo que obtuvieron la suma de sus candidatos en las PASO es engañoso, tal como se observa en los datos.

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Fernando Chiesa es consultor político y realizó el estudio que investigó la correlación entre la cantidad de candidatos que presentó Juntos por el Cambio en las elecciones PASO y su desempeño en las elecciones generales 2021.

-¿Qué otras explicaciones hay?

-Bueno, eso puede explicar una parte del fenómeno, pero siempre hay una conjunción de factores. Hay votantes que luego de las PASO optan por un voto estratégico para que pierda otro candidato o agrupación. Hay electores que asisten a las PASO y no a la general, también hay electores que expresan su bronca en las PASO y luego repiensan su voto. Todos estos factores, y muchos otros, pueden influir. Pero creo que el que mejor se ajusta a los datos de esta elección, es el que mencioné antes.

-¿Esto quiere decir que a las alianzas les conviene presentar listas únicas? 

-Cada estrategia tiene sus beneficios y riesgos. Mostrar fuerza en las PASO presentando varios candidatos puede ayudar a desencadenar posteriores apoyos y atracción de voto estratégico que de otro modo no ocurriría, y que puede compensar la migración de votos que se observa en los datos. Lo interesante de esta exploración es que abre el debate sobre la conveniencia de cada estrategia, abrir las internas o presentar listas únicas. Es una cuestión para continuar estudiando.

-¿Estas conclusiones se aplican también a los resultados del Frente de Todos?

– No, en el caso del Frente de Todos no se pudo encontrar una correlación estadísticamente significativa, los resultados eran más variables. Esto podría ser, por ejemplo, porque para el votante del Frente de Todos pesa más la tracción de la agrupación que el candidato, algunos podrían decir que hay mayor organicidad. Pero como en la mayoría de los casos Frente de Todos se presentó con lista única no se pueden extraer muchas conclusiones de esos datos. A medida que se vayan acumulando los datos de más elecciones podremos ir detectando más patrones interesantes.

Fernando Chiesa, es consultor político y analista electoral, licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y maestrando en Estudios Electorales (UNSAM). Director de la consultora de opinión pública Focus Research.  

Link a la nota original: https://elfederalnoticias.com/abrir-las-internas-favorecio-o-perjudico-a-juntos-por-el-cambio/

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Voto económico en Argentina, ¿en qué medida explica el desempeño electoral?

INTRODUCCIÓN

El propósito del presente trabajo es analizar la aplicabilidad del concepto de accountability y el denominado “voto económico” a las elecciones nacionales en Argentina y, particularmente, si esto podría explicar la derrota de Macri en el año 2019. Describiremos los principales modelos que explican el comportamiento electoral, incluyendo el “rational choice” que contempla un votante que puede tomar decisiones en base a un análisis retrospectivo y/o con respecto al futuro. Presentaremos una definición del concepto de Accountability vertical y, en particular, su modo electoral, como así también el fenómeno del voto económico. Además, nos preguntaremos si el comportamiento del electorado, en caso de existir un voto económico, opera del mismo modo en ambos sentidos del desempeño. Es decir, si el voto económico se activa como un castigo, como una recompensa, o de ambos modos. Expondremos las principales explicaciones que se han realizado sobre los resultados electorales en Argentina desde 1983 y la aplicabilidad del accountability electoral en su versión económica. Por último intentaremos dar una respuesta sobre si este fenómeno puede explicar los resultados de la elección nacional presidencial y legislativa de 2019.

SOBRE EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL

Existen distintas teorías para dar cuenta del comportamiento electoral que ubican la centralidad de los factores en lugares diversos, en algunos casos se pondera la importancia de los intereses individuales, en otras teorías la subjetividad se disuelve en los patrones colectivos que ocupan un rol determinante. La coyuntura, las cualidades de los candidatos y los temas electorales también son considerados factores medulares en otras explicaciones. Existen tres paradigmas principales, según distinguen Goodin y Klingemann: estos son el sociológico, el psicosocial y el fundamentado en la “rational choice”. Es en este último caso en el que se enmarca el llamado voto económico. Tal como explica Montecinos,  el modelo de elección racional “plantea que los actores políticos tienen un comportamiento racional motivado y orientado a maximizar sus objetivos individuales”. En este sentido el votante tiene en cuenta cuáles son los beneficios que obtendría si su candidato o partido preferido es elegido, la probabilidad de que su voto sea determinante y cuáles son los costos que implicaría el voto. El elector racional que se mueve por un interés individual se supone conocedor de los candidatos y sus plataformas; utiliza atajos informativos y valoraciones al considerar quién votar, evaluando la evolución de su situación personal, de la cual responsabiliza a quienes gobiernan en ese momento; y por último pondera a quien impulsa en su plataforma aquellos temas que considera relevantes. Montecinos se pregunta si, en línea con esta interpretación, estas elecciones sobre el desempeño retrospectivo, la afinidad en temas de campaña y la definición de los perfiles, se realizan efectivamente en cada elección o si -como manifiestan Goodin y Klingemann- son, en realidad, la expresión de elecciones ya realizadas. En este sentido, el análisis retrospectivo y los temas afines son probablemente dos de los factores más importantes que podrían explicar la existencia del voto económico. A su vez, el enfoque sociológico sería el que menos podría dar cuenta de este comportamiento electoral, ya que predice preferencias electorales muy estables. Por ello, ante la posibilidad de reelección de un candidato presidencial, por ejemplo, deberían esperarse resultados similares, salvo que cambiara la composición social de ese electorado.

La teoría de redes, en cambio, podría llegar a explicar parte del voto económico no tanto por el efecto sobre un individuo en particular, sino sobre el impacto que tiene la economía en la red social de cada individuo. Montecinos resume la definición de Gribaudi en referencia a las redes sociales explicando que “constituyen una cadena multi-direccional, compuesta de variadas dimensiones que relacionan a las personas y que cran un área que se expresa como un espacio social en el cual coexisten varias esferas de actividad, política, social y económica” (MONTECINOS 2007). En este sentido, un individuo inmerso en una red social cuyos miembros han sido especialmente afectados por la economía, ya sea en sentido positivo o negativo, podrá ver su voto condicionado ya que los actores “no evalúan sus intereses electorales solos, sino que en relación con los intereses de personas socialmente similares y vinculadas a ellos” (MONTECINOS 2007). Esta teoría es de especial relevancia en un mundo en el que las redes sociales digitales han pasado a constituir la norma, y los algoritmos que las regulan tienden a formar “cámaras de eco”, es decir, espacios sociales a medida en los que sólo se tiene contacto con aquella porción del espectro social que coincide con nuestras preferencias y opiniones, incluyendo las electorales. Sin embargo, en lo que concierne al voto económico, o accountability electoral económico, la teoría del rational choice en su dimensión del análisis retrospectivo es, a prima fascie, la que mayor fuerza explicativa puede ofrecer.

ACCOUNTABILITY Y VOTO ECONÓMICO

El accountability es un concepto que se utiliza para denominar al conjunto de mecanismos de rendición de cuentas existentes en las democracias modernas. Más específicamente, podemos decir que cuando esta rendición de cuentas ocurre en forma vertical, los ciudadanos ejercen un control sobre sus representantes, quienes dan cuenta sobre su desempeño. Podemos encontrar dos formas principales de accountability vertical: el social y el electoral. En en el caso del accountability social, el mismo “es un mecanismo de control vertical, no electoral, de las autoridades políticas basado en las acciones de un amplio espectro de asociaciones y movimientos ciudadanos así como en acciones mediáticas” (PERUZZOTTI Y SMULOVITZ, 2002). En el caso del accountability electoral, nos encontramos probablemente con el tipo de rendición de cuentas con mayor impacto, ya que determina la continuidad o no de un candidato y/o incumbent al frente de una gestión. La sanción de los ciudadanos es en este caso el “no voto” a los candidatos y/o partidos que gobiernan.

Según esta interpretación, las elecciones representan una herramienta de control político sobre los gobernantes, obligando a estos últimos a no desviarse de la dirección en la que el electorado espera que se muevan para continuar siendo una opción electoral relevante. En este sentido, el llamado voto económico, enmarcado en el modelo de comportamiento electoral de la escuela de la “rational choice”, además de un atajo cognitivo podría constituir un modo de accountability electoral, validando o castigando a los gobernantes según su desempeño en el terreno económico.

Pero el accountability no está confinado únicamente a la aptitud en este ámbito, autores como Echegaray (1996) señalan la relevancia de la competencia o idoneidad política, que podría explicar el comportamiento electoral latinoamericano durante las reformas neoliberales de los años 90, las cuales impactaron negativamente en sectores populares de las democracias de la región pero no impidieron la continuidad de los incumbent. A pesar de ello, el voto económico aparece con frecuencia como el tipo de accountability electoral más habitual o más relevante.

Si quisiéramos contrastar empíricamente la teoría del accountability en Argentina, específicamente en el ámbito económico, no alcanzaría únicamente con datos generales de la economía de un país y los resultados de sus elecciones, ya que la dimensión subjetiva es fundamental, porque que los individuos “reaccionan individualmente pero de forma sistemática al estímulo económico que se crea en la votación” (ECHEGARAY 1996). Es necesario contrastar en cada caso la percepción sobre el desempeño económico y al mismo tiempo la intención de voto para poder hacer una proyección válida. Una aproximación interesante es la que describe Ratto en “Accountability y voto económico en América Latina: Un estudio de las pautas de comportamiento electoral entre 1996 y 2004”. La autora implementó un diseño de investigación que no sólo buscó verificar la existencia del voto económico sino también el posible efecto de la ideología, utilizando para ello encuestas en las que se sondeaba, además del voto a favor o no del incumbent, la autoubicación ideológica y la del gobierno. De este modo, si encontráramos una correlación estadísticamente significativa entre la valoración positiva de la economía y la intención de voto al oficialismo, utilizando la autoubicación ideológica como variable de control, tendríamos evidencia de la existencia de este fenómeno, tal como lo encontró la autora del estudio.

Pacek y Radcliff (1995) sostienen que el accountability electoral económico no opera con la misma intensidad en ambos sentidos del desempeño económico. Es decir, en los países en vías de desarrollo, estos autores encuentran que se observa una mayor influencia del voto económico ante recesión o pobres resultados económicos que cuando se observa una bonanza de la economía. El voto económico, entonces, se activaría más como un castigo que como recompensa. Echegaray (1996), cuestiona la validez de esto, proveyendo como ejemplo el caso peruano, en el que están “dispuestos a darle rédito al gobierno y votar masivamente por él ante la más mínima impresión positiva por el estado de la economía, y a ahorrarle críticas y votos castigo por eventuales retrocesos financieros”. En otro orden se encontrarían ejemplos como el de Uruguay, en el que tanto los reconocimientos como las penalizaciones del electorado no son estadísticamente significativas, lo cual puede encontrarse en lo que autores como Lewis Beck y Kiewiet identifican como “democracias avanzadas”.

COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCOUNTABILITY EN ARGENTINA

Echegaray (1996) sostiene que es ineludible la relevancia de los vínculos afectivos y cognitivos que desarrollan los individuos en referencia a los hechos políticos, que son generados en parte por una socialización política, y que han creado lazos estables con determinados partidos o fuerzas, como ha sido el caso del peronismo y el radicalismo en Argentina, sobre todo durante el siglo XX.  Pero al mismo tiempo estos enlaces, expresados como lealtades o identificaciones partidarias, se han debilitado producto de los procesos de modernización y reestructuración económica que alteraron la composición social de nuestro país. La movilidad política que se desencadenó dio mayor lugar a las afirmaciones fundamentadas en la “rational choice”, ya que parecían explicar lo que ocurría en un contexto volátil en el que el poder de determinación de las clases sociales y de la socialización política cedían espacio a la constitución individual de la identidad y/o preferencias políticas. No obstante, la acción del votante, aún entendida desde un enfoque de “rational choice” no puede ser entendida en términos meramente económicos, según Echegaray. Aún cuando los movimientos de la economía puedan ejercer su influencia en uno u otro sentido en los electores, este condicionamiento queda inevitablemente matizado por la responsabilidad que la ciudadanía le atribuya al gobierno sobre la situación económica. Esta responsabilidad está influida, entre otros factores, por la relación de fuerzas y conformación legislativa: será mayor mientras más clara sea la hegemonía del incumbent. Además, esta responsabilidad puede jugar un rol menor cuando existe una consolidación de las fuerzas políticas relevantes, pueden desarrollar una mayor inmunidad a los factores contextuales y, al contrario, en aquellas situaciones en las que nos encontramos con fuerzas políticas en crisis, fragmentadas o en proceso de transformación, el elemento económico puede cobrar mayor importancia.

No se puede dejar de tener en cuenta que definir la “situación económica” en términos abstractos, sin especificar si se trata de una evaluación macroeconómica del país o, más bien, una apreciación sobre la situación particular, puede llevar a conclusiones inexactas. Por eso, el modelo del voto económico no es sino un conjunto de explicaciones heterogéneas, que comparten la importancia de la racionalidad económica a la hora del voto, pero que pueden contener supuestos muy diferentes. Dos de los estudios que consideramos al respecto, el de Fabián Echegaray y el de María Celeste Ratto, utilizan sondeos de opinión pública como estrategia metodológica para comprender esa racionalidad y verificar su importancia en la determinación de las preferencias electorales.

Echegaray problematiza el pensamiento prevalente que le asigna una importancia superlativa al voto económico en Latinoamérica, dentro del cual podríamos considerar, por ejemplo, a Catterberg y Braun (1989) quienes plantean que en 1989 la ciudadanía argentina evaluó al incumbent radical desde una perspectiva económica, exigiendo un cambio en este sentido y haciendo valer el sufragio para lograr ese propósito.

Al evaluar el accountability electoral del tipo económico surge una pregunta interesante. Si este fenómeno se trata de una rendición de cuentas en la que el gobernante, en caso de no haber cumplido con las expectativas económicas del electorado que realiza un análisis retrospectivo, es sancionado con un “no voto”, emerge el interrogante sobre si el análisis económico prospectivo que puede realizar el electorado para decidir su voto integra el fenómeno del accountability electoral o no.

Este fenómeno cobra especial importancia en 1995 con la reelección de Carlos Menem: Echegaray postula que en el electorado primó una consideración sobre el futuro de la economía favorable al incumbent, a pesar de que la situación al momento de la elección era negativa. Si bien para el autor los electores latinoamericanos se caracterizan por ser “ingratos frente a un gobierno responsable por un panorama positivo de la economía e impacientes a la hora de castigar al oficialismo por condiciones negativas”, no fue el caso en esta elección. El resultado se explica parcialmente por el grado de responsabilidad que le atribuye el electorado al gobierno sobre la situación económica: a mayor responsabilidad, mayor el efecto del voto económico. En un contexto caracterizado por un “efecto tequila” que cobró trascendencia mundial y afectó la economía argentina, el electorado probablemente relativizó la responsabilidad del gobierno y eligió “optar por la previsibilidad económica y su asociación con la candidatura del oficialismo” (ECHEGARAY 1995). También se debe tener en cuenta el efecto que puede haber tenido el fenómeno ya mencionado sobre la relevancia de los aspectos no económicos del voto que, de acuerdo a lo planteado por Echegaray, juegan un rol fundamental en Latinoamérica, especialmente el llamado “referéndum político” que funciona como un accountability electoral no económico en el que se evalúan otros aspectos de la gestión, por ejemplo, la lucha contra la corrupción, la capacidad para generar consenso o lograr paz social.

María Celeste Ratto, reconoce también la relevancia de los factores extra económicos que describe Echegaray, pero en su ya mencionado estudio sobre el comportamiento electoral latinoamericano entre 1996 y 2004, confirma la existencia del mecanismo del voto como control, lo cual se evidencia en el hecho de que “los latinoamericanos que valoraron positivamente a la economía premiaron a los partidos de gobierno y quienes la valoraron de forma negativa los castigaron cambiando su preferencia” (RATTO 2013). La autora buscó poner a prueba el concepto de accountability que fue cuestionado en los años 90 por no poder explicar, al menos a primera vista, el desempeño de incumbents que habían tenido un desempeño económico negativo. Nuevamente la cuestión sobre el análisis retrospectivo y prospectivo agrega una dimensión explicativa que permite una comprensión más profunda y que reivindica el concepto de accountability electoral. En toda Latinoamérica encontró, para 1996, 2000 y 2004 que la valoración de la situación económica del país (sociotrópica), tanto retrospectiva como prospectiva era estadísticamente significativa. Por ejemplo, para el año 2004, la diferencia en la intención de voto al incumbent fue de 30 puntos porcentuales entre quienes evaluaban positivamente y quienes evaluaban negativamente la economía.

El accountability electoral del tipo económico tiene en la Argentina del año 2001 un caso paradigmático, ya que, según explica Escolar, la elección legislativa de octubre “tuvo lugar en un marco de profunda recesión económica y de creciente fragmentación política del partido gobernante” y sus resultados muestran “el proceso de acelerada descomposición de la Alianza y de reestructuración del sistema de partidos. Algunas de las particularidades características de dicha elección, según explica el autor, son que los dos partidos mayoritarios alcanzaron sólo un 30% del padrón electoral nacional por primera vez en la historia, hubo una asistencia menor al 75% y el voto en blanco y nulo llegaron, sumados, al 15%. Los partidos de izquierda evidenciaron un crecimiento de casi un 200% con respecto a la elección de hacía tan sólo dos años y, también en el orden nacional, los valores de competencia efectiva pasaron a casi el doble, de 2,99 partidos electorales a 5,94, si se comparan los períodos 1983-1999 con el año 2001. En síntesis, “la dramática caída en votos de la Alianza, la desaparición de opciones electorales de centro-derecha, el crecimiento fragmentario de la centroderecha e izquierda y el extraordinario crecimiento del voto negativo fueron, sin duda, prolegómenos de la crisis institucional y política que viene sufriendo la Argentina desde diciembre del 2001” (ESCOLAR 2002). Creo que, con tan dramáticos resultados electorales, a tan sólo dos años de haber sido elegido el incumbent, es difícil argumentar que no existió en este caso un accountability vertical que, ante una coyuntura económica negativa, se expresó como una sanción del electorado en las urnas. Sin embargo, el pobre desempeño de la principal fuerza opositora nos habla también de una responsabilidad que el electorado percibe como compartida. Unos meses después este desencanto encontraría en el lema “¡Que se vayan todos!” una síntesis de la profunda crisis de representatividad que caracterizó al nuevo panorama sociopolítico de la Argentina.

           Finalmente, en las elecciones nacionales de 2019 encontramos un escenario en el que la dramática coyuntura económica, caracterizada por caída de la actividad, caída del consumo, aumento de la deuda externa, aumento del desempleo, crecimiento de la pobreza, inflación galopante y cierre de comercios, instalaba el interrogante sobre la probabilidad de un accountability electoral del tipo económico. Al respecto, el consultor político Zuleta Puceiro afirmaba que “el voto no va a ser un voto económico, porque si la gente tuviera en cuenta la economía ni Macri ni Cristina podrían ser candidatos. El 70%, en ambos casos, ve esas gestiones como desastrosas económicamente. Sin embargo, priman otras motivaciones que han sido más importantes que lo económico porque la gente da por descontado que sus problemas económicos no están en la cartera oculta ni del kirchnerismo ni del macrismo” (ZULETA PUCEIRO 2019). Por su parte, el consultor Mario Riorda, explicaba que “la economía calma y el dólar estable lo que hacen, a lo sumo, es aquietar y generar una especie de meseta electoral. Si existe un voto económico, es mucho más favorable para la oposición que para el oficialismo. En todo caso, el voto económico -que es altamente significativo- Juntos por el Cambio está intentando compensarlo con un voto ideológico” (RIORDA 2019). Encontramos aquí dos visiones contrapuestas, una que niega el rol del factor económico en la elección y otra que, por el contrario, no sólo reconoce que es “altamente significativo”, sino que el incumbent, consciente de su desventaja en este terreno, intentó plantear una estrategia que corriera el eje de la discusión a un debate ideológico, o de valores. La consultora Paula Zubán, luego de la elección, opinaba sobre los resultados que “la crisis económica quizás sea el factor que más rápidamente lo explica, pero hay muchos otros de gran significancia en la decisión que tomaron los argentinos el último domingo (…) cuando la ciudadanía vota contra los oficialismos es porque la crisis que carga sobre sus espaldas es tan pesada que no alcanza sólo con expectativas” (ZUBAN, 2019).

Las encuestas que indagaban en cuestiones económicas previamente a la elección, mostraban no sólo una percepción profundamente negativa de la economía, sino también una evidente responsabilidad del gobierno. El sociólogo Quevedo citaba, por ejemplo, un sondeo nacional del CELAG en el que “el 87% de los argentinos dicen que su situación económica familiar en el último mes sigue igual o peor de lo que estaba hace un año” (QUEVEDO 2019). Otra encuesta de RTD – Real Time Data en abril de 2019 mostraba que un 77% de los encuestados creían que el país “está mal” o “muy mal”, con un 61% que consideraba que el país, de cara a los próximos doce meses, estaría igual o peor que en ese momento. A su vez, la responsabilidad del incumbent quedaba clara en la pregunta sobre si el plan económico del gobierno estaba funcionando, ante la cual el 65 contestó que “el plan económico del gobierno es errado y sólo ahondará la crisis”, contra un 22% que consideró que “el plan económico del gobierno es el correcto y pronto dará sus frutos”. Al consultar sobre qué factores pesarían más a la hora de elegir su voto, el 65% también contestó que “el rumbo económico que propongan los candidatos” contra un 21% que contestó “el rumbo político que propongan los candidatos”. El titular de la consultora, Nicolás Solari, resumía los resultados de la encuesta explicando que “a Cambiemos le va bien entre los votantes que privilegian la política pero mal entre los que priorizan la económica” (SOLARI 2019).

CONCLUSIONES

Considero que la existencia del accountability electoral del tipo económico en Argentina está sustentado por la evidencia empírica de investigaciones como la de Echegaray y la de Ratto. Una vez establecida la significancia estadística de este fenómeno, emerge la pregunta sobre su intensidad y el subsecuente impacto en los resultados electorales. Los datos sugieren que la responsabilidad atribuida al incumbent sobre la situación económica constituye un factor que condiciona la activación del voto económico retrospectivo o prospectivo. En casos como el de 1995, la responsabilidad del gobierno se vio diluida, mientras que en casos como el de 2001 o 2019 el electorado le atribuyó una clara responsabilidad sobre la coyuntura. Es importante diferenciar entre estos dos últimos casos porque en el primero, si se tienen en cuenta los resultados electorales y las protestas que surgirían unos meses después, esta responsabilidad parece habérsele atribuido también, al menos parcialmente, al principal partido opositor. En 2019 creo que el accountability electoral económico se expresó negándole a Mauricio Macri la posibilidad de la reelección pero, al mismo tiempo, el 41% que obtuvo el incumbent en una coyuntura económica dramática -cuyo origen se le atribuía mayoritariamente al gobierno- habla también de la existencia de un voto con un componente ideológico importante. Como explica Echegaray, “el argumento del voto económico es relevante y significativo para América Latina, pero está lejos de agotar la diversidad de efectos subyacentes a la opción electoral” (ECHEGARAY 1996).

 Autor: Lic. Fernando Chiesa.

Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y maestrando en Estudios Electorales (UNSAM). Obtuvo con distinción una capacitación en “Computing for Data Analysis” en la John Hopkins Bloomberg School of Public Health, y obtuvo un certificado de “Social Network Analysis” en la Universidad de Michigan. Actualmente cursa un certificado en American Government de la Universidad de Harvard.

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Colaboramos en el desarrollo de una app para saber si estás pagando más que el precio máximo

Nota original de Argentina Online. 

La app «Precios bajo la lupa» fue desarrollada por un grupo de amigos y colaboradores de Ushuaia y Santa Fe que, preocupados por el aumento desmedido de los precios ,sobre todo en los alimentos básicos, se pusieron a trabajar para tener una app totalmente gratuita en tiempo récord.

«Desde que comenzó la cuarentena por coronavirus, cada vez se habla menos de la inflación, pero la verdad es que sigue estando ahí y día a día se siente más. Vamos al supermercado y los alimentos no paran de subir de precio«, explicó Leandro Fridman, que es licenciado en comunicación social, vive en Santa Fe y es profesor en la UNL y la UNER.

La app puede descargarse ingresando aquí al sitio web de Precios Bajo La Lupa, o también descargándola aquí en Google Play

«Decidimos lanzarla primero para Android porque es el tipo de teléfonos que tiene la mayor parte de las personas y no queríamos dejar pasar más tiempo para publicarla, pero en los próximos días también va a estar disponible para iPhone», explicó Leonel Viera, que vive en Ushuaia y es profesor de informática en la UNTDF.

La app es gratuita y no requiere registrarse ni se pide ninguna información personal«Organizamos una base de datos que tiene la información específica para cada provincia y la vinculamos con el sistema nacional de precios máximos. Si en los próximos días el gobierno acuerda nuevos productos, se reflejarán también», detalló Federico González, que también vive en Ushuaia y es profesor en la UNTDF, pero que debido a las restricciones impuestas por la cuarentena, se encuentra varado y sin poder regresar a su casa desde hace un mes.

El Lic. Fernando Chiesa, director de Focus Research, consultora que colaboró en el proyecto, explicó que las apps colaborativas representan una revolución en la participación ciudadana. Están incrementando exponencialmente la intervención de los ciudadanos en los asuntos públicos en formas que antes no hubieran sido posibles. Por eso, precios bajo la lupa se construye sobre esta idea de que el control que se puede ejercer sobre las instituciones es mucho más efectivo cuando lo hacemos todos juntos”

Finalmente los autores destacaron que «la app tiene un propósito social, sabemos que los gobiernos están haciendo un esfuerzo enorme para contener el virus, entonces los ciudadanos tenemos que unirnos para bajar la inflación. Hacé saber en tus redes sociales qué comercios están abusando de tu bolsillo ¡Frenar la inflación es posible!»

MÁS INFORMACIÓN Y CONTACTOS PARA ENTREVISTAS

Federico González: Es Licenciado en Informática, tiene un Máster en Ciudades Inteligentes por la Universidad de Girona y un Postgrado en Estrategias de Gobierno Abierto por la OEA. Está cursando su Doctorado en Inteligencia Artificial en la Universidad de Barcelona. Es Profesor e investigador en la carrera de Licenciatura en informática en la UNTDF.
Celular: 02901 15 529764     Twitter: @fedegonzal

Leandro Fridman: Es Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Entre Ríos, es diplomado en Comunicación Política por la Fundación Konrad Adenauer y tiene un Máster en Consultoría en Integración de Tecnologías de la Información por la Universidad Politécnica de Valencia (España). Es docente de UNL y UNER.
Celular: 0342 15 631-4031     Twitter: @leandrofridman

Leonel Viera: Es Licenciado en Informática y está cursando su Máster en Big Data en la Universidad de La Plata. Es Profesor e investigador en la carrera de Licenciatura en informática en la UNTDF.
Celular: 02901 15 476-919     Twitter: @viera_leonel

Fernando Chiesa: Es Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y director de la consultora de opinión pública Focus Research. Es docente de Metodología de la Investigación Social. Obtuvo con distinción una capacitación en “Computing for Data Analysis” en la John Hopkins Bloomberg School of Public Health, y obtuvo un certificado de “Social Network Analysis” en la Universidad de Michigan. Actualmente está cursando un Máster en Estudios Electorales en la Universidad de San Martín y un certificado en American Government en la Universidad de Harvard.
Web: www.focusresearch.com.ar  | Linkedin: www.linkedin.com/in/fernandochiesa | Twitter: @focus_res

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Focus Research: Tierra del Fuego la provincia con mayor ayuda de Nación per cápita

Nota original de Argentina Online. 

Las provincias «recibieron ya los primeros $20.000 millones» de un total de $60.000 millones que la Nación les enviará a través de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), para sostener el funcionamiento de sus finanzas y cubrir las necesidades ocasionadas por la epidemia de coronavirus, afirmó hoy la secretaria de Provincias, Silvina Batakis. Se trata de una asistencia del Gobierno Nacional a las provincias para combatir el coronavirus. Según la consultora Focus Research, Tierra del Fuego es la provincia que más ATN recibió per cápita de todo el país en el primer giro de $20.000 millones.

Provincia  Población (Proyección INDEC 2020)  Monto del ATN  ATN per cápita
Tierra del Fuego               173.432  $       244.000.000  $        1.407
Catamarca               415.438  $       545.000.000  $        1.312
Formosa               605.193  $       720.000.000  $        1.190
La Rioja               393.531  $       410.000.000  $        1.042
La Pampa               358.428  $       372.000.000  $        1.038
San Luis               508.328  $       452.000.000  $           889
San Juan               781.217  $       669.000.000  $           856
Santa Cruz               365.698  $       313.000.000  $           856
Santiago del Estero               978.313  $       818.000.000  $           836
Chaco            1.204.541  $       987.000.000  $           819
Jujuy               770.881  $       562.000.000  $           729
Entre Ríos            1.385.961  $       966.000.000  $           697
Río Negro               747.610  $       499.000.000  $           667
Corrientes            1.120.801  $       736.000.000  $           657
Tucumán            1.694.656  $       941.000.000  $           555
Salta            1.424.397  $       759.000.000  $           533
Misiones            1.261.294  $       654.000.000  $           519
Neuquén               664.057  $       343.000.000  $           517
Chubut               618.994  $       313.000.000  $           506
Santa Fe            3.536.418  $    1.769.000.000  $           500
Córdoba            3.760.450  $    1.757.000.000  $           467
Mendoza            1.990.338  $       825.000.000  $           415
Buenos Aires          17.541.141  $    4.346.000.000  $           248
Fuentes: TELAM, INDEC
Elaboración: Lic. Fernando Chiesa – Director de Focus Research (www.focusresearch.com.ar)

Batakis indicó a Télam que «estos $20.000 millones se distribuyeron conforme al índice de Coparticipación Federal Impositiva», porque destacó que «es el que se acordó por consenso con los gobernadores».»Ayer el ministro (del Interior, Eduardo) ´Wado´ de Pedro instruyó que distribuyamos $20.000 millones que ya están en las cuentas provinciales.

El Gobierno nacional creó el Programa para la Emergencia Financiera Provincial, que tendrá por objeto asistir financieramente a las provincias, mediante la asignación de $120.000 millones, la mitad provenientes de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el resto en forma de créditos del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.

«Es un programa que se aplicará a partir de dos fuentes de financiamiento: los ATN y la capitalización del Fondo Fiduciario», señaló Batakis, quien precisó que «por los Aportes del Tesoro las provincias no deberán rendir cuentas, pero para pedir los créditos del Fondo Fiduciario, deberán acreditar que tienen desequilibrios financieros».

Explicó que «los siguientes $40.000 millones se distribuirán de acuerdo evolucione la crisis sanitaria y social», y añadió que «puede ser que este mes haya un refuerzo, aunque por ahí no de la misma magnitud».

«Esto es algo que lo vamos evaluando permanentemente, porque no hay precedentes de la situación en la que estamos. Entonces la vamos analizando en conjunto con los gobernadores, de acuerdo a la evolución de la crisis en cada provincia», indicó la funcionaria.

También puntualizó que «la distribución puede ser que vuelva a hacerse por el índice de coparticipación, no se descarta», pero estimó que «seguramente se agregará alguna cuestión sanitaria o social».

Batakis puso de relieve «la rápida respuesta del Gobierno al pedido de los gobernadores», y señaló que esta decisión «va en auxilio de las provincias, para que desestimen otros instrumentos» para financiarse.

«Queremos que haya coordinación total con la macroeconomía», sostuvo la funcionaria.

Sobre los créditos del Fondo Fiduciario subrayó que «cada provincia tiene que solicitarlo y demostrar problemas financieros», y agregó que «una vez que se evalúa porqué se hace la solicitud, se pide una serie de informaciones para demostrar el desequilibrio financiero que hay».

Los préstamos serán reembolsados por las jurisdicciones en 36 cuotas mensuales, iguales y consecutivas, con un período de gracia hasta el 31 de diciembre próximo; y la tasa aplicable será del 0,10% nominal anual y se calculará sobre el capital ajustado por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) que elabora el Banco Central.

Los intereses devengados desde cada desembolso se capitalizarán hasta el 31 de diciembre próximo.

«Lo veníamos hablando desde hace un montón, y es que este financiamiento tenía que ser a tasa híper subsidiada», destacó Batakis, quien indicó que «las provincias pueden enviar desde ahora su pedido, de hecho, Tucumán y Chubut ya lo hicieron».

Aclaró que «por supuesto que hay un trabajo interno de fundamentar bien la necesidad de la provincia», y estimó que «seguramente habrá distritos que no lo van a pedir».

«El trámite de estos créditos es rápido. Además ya tenemos los datos de las provincias», explicó la secretaria, quien afirmó que «la semana que viene tendría que estar todo aceitado y se empezarían a entregar los primeros montos».

Fuentes: TELAM, Focus Research

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Clínica San Jorge: Nueva identidad institucional

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Focus Research ha realizado el diseño de la nueva imagen institucional de Clínica San Jorge, el principal instituto de salud de Tierra del Fuego desde hace más de 40 años.